jueves, 14 de marzo de 2013

árbore branca




árbore branca

 
En Triacastela paré en una taberna y me acomodaron para la cena en un escaño en la cocina, cabe dos capones que estaban en ceba en sus jaulas, bien arropados con sopas de moscatel y apretadas pelotas de almasado. Hice pronto amistad con el patrón, y en llegando yo a decirle que medio tenía por oficio el hacer versos, contó mi huésped:

-Ahí donde usted se sienta, estuvo hace años sentado un francés que también tenía ese oficio. Iba de peregrino a Santiago. Depués de asar unas castañas en las brasas y beber unas copas de Portomarín, comenzó a decir sus versos, que eran como música.

-En qué lengua los decía?, le pregunté.

-Paréceme, dijo el patrón después de pensarlo un poco; paréceme que sería en francés, pero yo, entender, entendilo todo.

(Alvaro Cunqueiro)





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